RESTAURACIÓN DE LA IMAGEN



   
 
 Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, de Manuel Pineda Calderón, antes de la restauración
 

Desde hacía algunos años se venían apreciando algunos signos de deterioro en la cabeza, cuello y parte del labio inferior de nuestra amantísima Imagen Titular. En 1995, comenzó a preocupar el indicado deterioro, siendo consultado el artista y restaurador egabrense D. Luis Fernando Peñalba Corpas, quien tras un minucioso estudio expuso a la Junta de Gobierno de la Cofradía el fruto de su peritaje: la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, presentaba tras una primera exploración, un ataque de xilófagos que afectaba a buena parte de la misma. Profundizando en dicho estudio, se apreció que los daños, irreparables en la práctica totalidad, se extendían por todo el cuerpo, candelero y buena parte de la cabeza, aunque, afortunadamente no afectaban a las manos de la Virgen. Tras estudiar este informe la Junta de Gobierno decidió confiar la restauración de su Titular al indicado restaurador.

   
 
D. Luis Fernando Peñalba Corpas, culminando la restauración de nuestra Titular
 

En vista del estado de la Imagen y tras sopesar diversas posibilidades, se decidió mantener la mascarilla de la misma, además de las manos, que no estaban afectadas, y realizar un nuevo candelero en madera de pino, reparándose la policromía del rostro de manera que su tono fuera similar al original de las manos, que tan sólo sufrieron una limpieza, aunque la pátina de estas permite identificar lo que es labor del restaurador y lo que corresponde a la obra antigua de las mismas. Igualmente se repusieron íntegramente las pestañas con pelo de marta cibelina y se colocaron las lágrimas en su posición original.

 
 
 
Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores tras su restauración
 

El resultado fue bastante satisfactorio, guardando nuestra Imagen, tras la restauración, todas sus características originales.

En Septiembre de 2003, la Cofradía acudió de nuevo al taller de D. Luis Fernando Peñalba Corpas para la reparación de unos pequeños desperfectos en la policromía del cuello de la talla de Ntra. Sra. de los Dolores, que venían apreciándose desde unos tres años atrás y que se debían, según la experta opinión del mencionado artista egabrense, a la acción de las altas temperaturas y la sequedad del ambiente de nuestro entorno.