ORÍGENES



Sin duda alguna la Virgen de los Dolores es la advocación pasionista que más se repite a lo largo de toda la geografía española, resultando raro que un pueblo, por pequeño que sea, no cuente con una imagen de la Virgen bajo el título de Ntra. Sra. de los Dolores. La importancia de esta advocación se ve también reflejada en el calendario litúrgico, llegando a contar en siglos pasados con dos fiestas, Viernes de Dolores y Dolores Gloriosos de María, fiestas que en el calendario actual se unificaron en la de Ntra. Sra. de los Dolores, que se celebra el día quince de septiembre.

Todo lo anterior nos lleva a comprender que la Imagen de la Virgen de los Dolores sea una de las más antiguas advocaciones pasionistas de la villa de Doña Mencía.

Si bien es verdad que en la actualidad no hay ningún dato fehaciente que avale la existencia de una Cofradía que rindiera culto a la Virgen de los Dolores en los siglos que precedieron al XX, encontramos sin embargo documentos que acreditan la presencia de la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores y el culto a la misma al menos desde el siglo XVII. De este modo, en los libros publicados por el investigador D. Antonio Cantero Muñoz “Religiosidad Popular y Semana Santa en la Iglesia Dominicana de Doña Mencía Siglos XVI-XVIII” e "Historia de la Semana Santa de Doña Mencía 1800 - 2005", el autor hace referencia a una serie de testamentos de vecinos de Doña Mencía, otorgados en los siglos XVII y XVIII, en los que aparece el nombre de Virgen de los Dolores o de la Soledad, (advocación que en el siglo XVII equivale a la de los Dolores), como por ejemplo el de Don Pedro Ortiz Ramos, otorgado el día 1 de septiembre de 1649, en el que ordena se oficien por su alma dos misas ofrecidas a la Virgen de la Soledad, o el de Don Juan Alcalá Galiano, Hermano Mayor de la Cofradía del Santísimo Sacramento, familiar del Santo Oficio, tesorero de rentas del Duque de Sessa y abuelo paterno del primer marqués de la Paniega, testamento en el que manda que “ de sus bienes y hacienda se haga un manto de terciopelo liso negro con sus puntas de plata u oro para Ntra. Sra. de la Soledad, que sale en la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de Nazareno el Viernes Santo por la mañana, a la cual la mando de limosna...”

Portadas de los libros publicados por el investigador D. Antonio Cantero Muñoz, meritorios y reconocidos trabajos que han aportado luz sobre los orígenes y el devenir de las manifestaciones de religiosidad popular en nuestra localidad.


Respecto a estas referencias, como se ha apuntado anteriormente, debemos aclarar que, en el siglo XVII, la advocación de los Dolores y de la Soledad son la misma, refiriéndose ambos términos a una misma Imagen, por lo que podemos encontrarlos utilizados de forma indistinta en este período. También podemos aportar como testimonio documental el testamento de Doña Francisca Paula Roldán, fechado el día 11 de septiembre de 1784, en el que manda que su cuerpo sea enterrado con el hábito de Ntra. Sra. de los Dolores.


   
 
Imagen de la Iglesia Dominicana
 


La Virgen de los Dolores no era la única advocación mariana pasionista que por entonces existía en Doña Mencía, pero sólo ella participaba en todos los desfiles penitenciales. Disponemos de varios y elocuentes testimonios que acreditan el fervor religioso que suscitaba, y con respecto a la novena que se le oficiaba antes de Semana Santa, disponemos de un testimonio que acredita su celebración, como nos hace saber el testamento de D. Juan Valera Roldán, abuelo del escritor y diplomático D. Juan Valera, que fue otorgado el 13 de Enero de 1807, y en el que deja escrito que “ se pagase cada año desde su fallecimiento por siempre jamás cincuenta reales de vellón para ayuda a los costos de la Novena que se hace a Ntra. Madre y Sra. De los Dolores en dicho Convento de esta Villa ”(literal). Otra referencia que ratifica lo expuesto es la última voluntad de Dª María del Carmen Escalera Mejías, tía del escritor D. Juan Valera, otorgada el 1 de noviembre de 1852, quien dispuso que su cuerpo fuese amortajado con el hábito de la Virgen de los Dolores.

Encontramos también otras referencias documentales alusivas al culto que recibía Ntra. Sra. De los Dolores en la Iglesia de nuestra localidad en el siglo XIX. Tal y como refleja D. Antonio Cantero Muñoz en su libro de obligada referencia “HISTORIA DE LA SEMANA SANTA DE DOÑA MENCÍA 1800-2005”, publicado en la cuaresma de 2005, consta una petición realizada por el párroco Rafael Ruiz Pedrajas a la autoridad diocesana, con motivo de la Novena que se dedicaba antes de la Semana Santa a Ntra. Sra. De los Dolores, fechada el 19 de Marzo de 1859, solicitando el preceptivo permiso para la exposición del “ Augusto Sacramento del Altar en los nueve días de la Novena y en la función del día de Ntra. Sra. por la mañana ” (literal).

Hay constancia expresa de la presencia activa de la Imagen de Ntra. Sra. De los Dolores en la vida social menciana a mediados del diecinueve, como así lo manifiesta la participación de dicha Imagen en la procesión-rogativa que tuvo lugar en la primavera de 1868 para solicitar la intercesión divina en el período de sequía, rogando el envío de “abundantes lluvias que fertilizaran los campos”. La Imagen de la Virgen de los Dolores acompañó en la referida ocasión a la de Ntro. Padre Jesús Nazareno, así como a la de San José y a la de San Pedro de Verona, como aparece recogido en el anteriormente mencionado libro de D. Antonio Cantero.

Casi con toda probabilidad los propios frailes dominicos que regentaban la Parroquia fueron los encargados en un primer momento del cuidado de la Imagen. Tenemos constancia a través de la obra “Bosquejo Histórico de la Iglesia Dominicana de Doña Mencía”, cuyo autor es D. José Montañez Lama, de que en el siglo XIX era la familia del Ilmo. Sr. D. Pedro María Cubero López de Padilla, Obispo de Orihuela y natural de Doña Mencía, la que tenía a su cargo la Imagen de la Virgen de los Dolores, junto con la del Santo Sepulcro.

No se conoce el nombre de la persona que costeó el Altar de Ntra. Sra. de los Dolores en la citada Iglesia Dominicana, pero sí debe mencionarse que en la losa que sirvió de frontal a este Altar había grabada una Cruz Trinitaria, existiendo otra igual en la casa solariega de los Cubero-López de Padilla. Esta circunstancia, y el hecho de haber sido siempre miembros de esa noble familia los Camareros de la Virgen de los Dolores y el Santo Sepulcro, inducen a creer que algún integrante de esa familia, que sería religioso trinitario, fuese quien costeó el Altar y Retablo de Ntra. Sra. de los Dolores, que estaban situados en la llamada Nave del Evangelio; en el centro de ese retablo se encontraba la imagen de la Virgen de los Dolores.


   
 
Imagen antigua de Ntra. Sra. de los Dolores
 


También encontramos en el anteriormente mencionado libro de D. Antonio Cantero acerca de la Semana Santa entre 1800 y 2005, una referencia documental que ilustra la participación de Ntra. Sra. De los Dolores en la Semana de Pasión menciana decimonónica. Este documento consiste en el informe que remite el párroco al Obispo acerca de las procesiones de la Semana Santa en 1881, y en el que se nos hace saber que:” Con respecto a las imágenes, han salido en las Procesiones las de Jesús de la Humildad, Jesús Nazareno, Virgen de los Dolores, Santo Sepulcro,San Juan y Magdalena, las dos últimas están en la Ermita del Calvario, la del Sto. Sepulcro en casa de Don Rufino Contreras y las demás en la Parroquia. Las ropas de Jesús Nazareno se conservan en casa del Señor Marqués de la Paniega y las de la Virgen de los Dolores las conserva su camarera Dª Josefa Moreno.” (literal).

En la tarde del dos de junio de 1887 tuvo lugar un accidente en la Iglesia Dominicana que a punto estuvo de destruir parte de la misma, incluyendo el altar de la Virgen de los Dolores y las Sagradas Imágenes que se encontraban situadas en la zona afectada; milagrosamente, y a pesar del deterioro, las Imágenes no sufrieron daño alguno. Ocurrió este hecho como consecuencia de unas obras de reforma y reparación que se estaban efectuando en nuestra Iglesia Dominicana. Se trataba de cortar y sacar nuevos cimientos al “machón” inmediato al del púlpito. Eran las cinco de la tarde cuando empezaron a crujir las maderas del interior de la bóveda. Tal vez como las grietas de los arcos laterales llegaban hasta las ventanas, los puntales no pudieron resistir el peso que se les vino encima. El “machón” se derrumbó, trayéndose consigo todo el lienzo del muro comprendido entre las dos ventanas desde el tejado hasta la mitad de cada arco, y arrastrando la parte de la bóveda correspondiente a cada nave. Fue providencial que este suceso, al margen de las pérdidas materiales que causó, no trajo ni un día de luto para Doña Mencía, ya que tanto el Párroco como los albañiles que trabajaban en las obras, como también algunos feligreses que se encontraban por allí, pudieron salir del recinto antes de que ocurriese el derrumbamiento. Pero como decíamos antes, se produjo una casualidad providencial; al desprenderse las vigas, los extremos de éstas que apoyaban sobre la Nave Central vinieron a descansar en el suelo, quedando los otros extremos en el sitio de arranque, de modo que se formó una especie de triángulo rectángulo, cuyos lados eran el suelo y la pared lateral, y su hipotenusa, las vigas con el tejado encima. Bajo este irregular parapeto quedó oculto el Altar de Ntra. Sra. de los Dolores. Tan resguardado quedó éste que ni el altar, ni el retablo, ni las Sagradas Imágenes, ni aún las cristaleras de los nichos, sufrieron quebranto alguno. Incluso la lámpara del Sagrario, que provisionalmente se hallaba colgada delante del altar de la Virgen, solo sufrió un pequeño desperfecto en un eslabón, quedando colgada en el mismo sitio.

La piadosa señora Doña María del Rosario Moreno Priego restauró enseguida el trozo de la Nave que correspondía con la Capilla de Ntra. Sra. de los Dolores, volviendo a colocarse en su primitiva ubicación el altar y retablo de dicha Imagen.

Habiéndose extinguido en Doña Mencía la familia del Excmo. E Ilmo. Señor Don Pedro María Cubero López de Padilla, natural de nuestro pueblo y Obispo que fue de Orihuela, que tenía a su cargo la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, además de la del Santo Sepulcro, y habiéndose trasladado a Barcelona Doña Josefa Moreno Navas, última Camarera de dichas Santas Imágenes, quedaron éstas a cargo de Doña María del Rosario Moreno Priego, quien llevó a cabo su labor con una gran dedicación, costeando de su peculio particular las prendas y alhajas que siguen: un manto y vestido, de terciopelo negro bordado en oro; un rosario de oro y nácar, un resplandor y un corazón con espadas de plata sobredorada; también le donó unos cordones de oro, dorado de la corona y restauración de sus andas, a las que puso un nuevo dosel de terciopelo granate con flecos de oro. Asímismo restauró las Imágenes de la Virgen, del Cristo del Sepulcro y del Santísimo Cristo de la Humildad. Además, como hemos mencionado anteriormente, hizo por su cuenta la reparación y formación de la Capilla de la Virgen de los Dolores, en la que se colocó una bella lámpara de plata Meneses, tras el desgraciado accidente antes referido. Esta reparación tuvo lugar en el último lustro del siglo XIX, dejando constancia de ello a través de una lápida recordatoria, la cual rezaba así:

“SE REEDIFICÓ ESTA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES POR SV CAMARERA DOÑA MARIA DEL ROSARIO MORENO PRIEGO. AÑO DE 1896”

Al mismo tiempo que esta piadosa señora costeó los elementos antes mencionados, el Excmo. e Ilmo. Sr. D. Pedro María Cubero López de Padilla, Obispo de Orihuela, envió desde esta localidad otro manto y vestido de terciopelo negro, con cenefas y ramos bordados en hilo de plata, estando el manto adornado con incrustaciones de estrellas de plata, siendo esta la indumentaria que lucía la Virgen en el desfile procesional del Viernes Santo acompañando al Santo Sepulcro.

Hasta nuestros días han llegado diversos inventarios de bienes de la Parroquia de Ntra. Sra. De la Consolación, algunos de los cuales pueden observarse en el apartado “DOCUMENTOS” de esta web. El realizado en 1901 por D. José Delgado Monroy fue el mas detallado que se hizo y sirvió para otros posteriores, que solo incluyeron modificaciones puntuales, siendo utilizado por D. José Montañés Lama para su “Historia de la Iglesia Dominicana de Doña Mencía”. El apartado del mencionado inventario en que se habla de la Imagen de Ntra. Sra. De los Dolores dice lo siguiente:

Capilla del Cristo de la Columna y Ntra. Sra de los Dolores”

“Mesa de altar de mampuesto, frontal y ara de jaspe, un par de manteles, dos candeleros y cruz de metal dorado y atril de madera. Un retablo con la imagen de Nuestra Señora en el centro; a su derecha, el Señor de la Columna, a su izquierda la imagen de San José de talla y en la pared superior, un pequeño San Antonio Abad. Un manto de terciopelo negro para diario. Otro reservado de terciopelo con fleco de plata. Otro bordado en oro. Un corazón de plata sobredorada, donación como el manto anterior hecha por la Señora Camarera de dicha Imagen Doña María del Rosario Moreno y Priego. Otro corazón como el anterior. Un resplandor de plata. Una media luna de plata. Un rosario de azabache engarzado en oro. Otro resplandor de plata sobredorada. Una corona y potencias de plata para Nuestro Padre Jesús de la Columna. Unos cordones de oro para dicha Imagen. Delante del Retablo pende una lámpara de plata.”


 
 
 
Fotografía tomada tras el incendio que destruyó la Iglesia Dominicana en Septiembre de 1932
 


De la primitiva Imagen de la Virgen de los Dolores, atribuida a Juan de Mesa, que precedió a la actual y que por desgracia desapareció en el lamentable incendio acaecido en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Consolación en la madrugada del día 14 de septiembre de 1932, poco sabemos, puesto que de la misma aparte de algunos enseres, que más adelante describiremos, y alguna que otra foto sólo se conservan las manos, de una gran calidad, y que D. Luis Fernando Peñalba Corpas, al realizar en 1996 la restauración de la Imagen actual, fechó en el primer tercio del siglo XVII.


 
 
 
Detalle de las manos de Ntra. Sra. de los Dolores
 


La mencionada Imagen no estaba catalogada en el Inventario Monumental y Artístico de la provincia de Córdoba, realizado por D. Rafael Ramírez de Arellano en 1904.


   
 
    Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores (Pineda Calderón) con las manos de la talla original
 


En el año de 1939, una piadosa mujer, devota de la Virgen de los Dolores, Doña Elena Santiago Moreno, viuda de Campos, encargó para la Parroquia un busto para una Imagen de la citada advocación, tallado en madera y policromado, al imaginero residente en Alcalá de Guadaira Don Manuel Pineda Calderón. Dicha Imagen fue entregada en marzo de 1940, constando todo ello en documento de compraventa firmado al respecto por el mencionado escultor y por Don Antonio Güeto, representante de la mencionada Doña Elena Santiago, y que obra en poder de nuestra Cofradía, gracias al ímprobo trabajo de investigación efectuado por D. Manuel Caballero Cubero, que vió la luz en un interesante artículo publicado en el órgano de difusión local “El Bermejino”, en octubre de 1996.

 

Con la llegada de la nueva Imagen se organiza una Cofradía para rendirle culto. Así, está acreditado que la Cofradía estaba ya fundada en mayo de 1940, pues participó como tal en los actos conmemorativos con motivo del XXV aniversario de la consagración episcopal del Papa Pío XII.